viernes, 11 de noviembre de 2011

El deleite: el espacio en la arquitectura

El deleite o la estética de los edificios es lo más llamativo para las personas, mas sin embargo no tan importante en la construcción. El arquitecto manipula espacios de muchos tipos. En primer lugar hay que hablar del espacio físico, que puede definirse como el volumen de aire limitado por las paredes, el suelo y el techo de una sala. Este espacio puede ser computado fácilmente y expresado en varios en forma de metros cúbicos o de pies cúbicos. Pero también existe un espacio perceptible, que es el que puede ser percibido o visto. Este espacio especialmente en edificios con paredes de vidrio, puede ser realmente dilatado e imposible de cuantificar. Otro espacio que tenemos también es el espacio conceptual, que tiene cierta vinculación con el perceptivo, puede definirse como el mapa mental que llevamos en la cabeza, o sea el plano que queda almacenado en nuestra memoria. Los edificios que funcionan bien son aquellos que los usuarios pueden comprender fácilmente con su imaginación y en los que pueden desplazarse con soltura, casi sin necesidad de que nadie se los enseñe. El arquitecto también interviene decisivamente en la configuración del espacio funcional, que podría definirse como aquel en que realmente nos movemos y usamos.

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